Cuando nos relacionamos con los demás, muchas veces no es fácil salir de nuestro propio punto de vista. Estamos acostumbrados a mirar todo desde nuestro prisma sin ser conscientes de ello. Decimos que vamos con el piloto automático y cuando estamos con alguien conversando, tendemos a dar nuestra opinión desde la razón, la cabeza. Yo no digo que esto no sea productivo, ni mucho menos, ya que se puede y se debe fomentar el espíritu crítico. Conocer diferentes puntos de vista enriquece a las personas. Lo que yo digo es que cuántas veces en las conversaciones conectamos con el corazón y dejamos la cabeza a un lado?.
Entrar en el mundo del otro, entenderlo, comprender sus emociones y su forma de ver el mundo es muy enriquecedor y beneficioso.
Por un lado nos abre nuevas perspectivas, al darnos cuenta que hay muchas formas de ver el mundo. Por otro, nos permite conectar con el corazón del otro, con sus emociones, sin necesidad de estar de acuerdo. Dejando los juicios a un lado. A eso se le llama empatía. La palabra técnica en inteligencia emocional es esa y es algo así como la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro”. Aunque muchas veces confundimos empatía y simpatía, no es lo mismo. En este cuadro te explico la diferencia (he sacado la información de este artículo).
Tanto la simpatía como la empatía es necesaria para establecer unas relaciones enriquecedoras. Por eso conocer qué significa cada una nos puede ayudar a tomar consciencia del tipo de comunicación que queremos tener y a dónde nos lleva cada una.
Cuando una persona nos explica un problema, cuando tenemos un conflicto o una discusión, cuando no entendemos el comportamiento de alguien, cuando queremos ayudar a alguien que tiene un problema,… En todas estas situaciones la simpatía nos puede ayudar a ser correctos, cordiales, pero es una comunicación empática la que de verdad nos ayudará a conectar si es eso lo que queremos.
Cómo podemos entrenar nuestra empatía?
Probar a ver el mundo desde diferentes puntos de vista es un gran entrenamiento. Así como “dudar” de nuestro punto de vista o reconocer que no es el único válido. Con esto no quiero decir que no sea válido lo que piensas, si no que lo que para ti es válido no tiene por qué ser válido para otra persona. Es decir, lo verdadero no existe. La verdad absoluta, es relativa. Hay tantas verdades como personas en este mundo. En realidad, más que verdades son formas de pensar, perspectivas.
Otra forma de entrenar la empatía puede ser escuchar sin aconsejar. En el momento que estamos aconsejando estamos basándonos en nuestra forma de ver el mundo, es decir, opinamos desde nuestros “zapatos”. Escuchar al otro nos da la oportunidad de entender qué está sintiendo, qué pasa por su cabeza. De conectar con sus emociones. Y de ahí podemos preguntar para saber más. Cómo te sientes? Cómo estás viviendo esta experiencia? Qué te hace pensar así? Qué puedes hacer para estar mejor, si es lo que quieres? Quieres ayuda? Como te gustaría que te ayudara?
Beneficios de la empatía:
La empatía tiene un montón de beneficios para nosotros mismos y nuestro entorno.
- En el trabajo: Empatizar con nuestro jefe, a nuestro compañero de trabajo, a nuestro colaborador, nos ayudará a mejorar nuestro liderazgo y a resolver conflictos.
- Con los amigos: Salir del consejo y de la opinión no es fácil. Estamos acostumbrados a dar nuestra opinión constantemente, pero si nos encontramos con un amigo que tiene un problema, abordarlo desde su perspectiva probablemente le hará sentir más aliviado. Escucharle y entenderle, simplemente estando ahí por si te necesita, también es una forma de ayudar.
- Con la pareja: Ser empático con nuestra pareja hace más fácil la convivencia y puede hacer más fácil resolver una discusión. Las necesidades del hombre y de la mujer no tienen por qué ser las mismas. Ponerse en la piel del otro nos ayuda a entender qué le está pasando, qué quiere, qué necesita.
- Con nuestros hijos: la forma de ver el mundo de un niño no es la de un adulto. Si empatizamos con ellos, podremos entender sus necesidades desde su perspectiva, respetar sus emociones, y transmitir los mensajes o establecer límites desde qué necesitan en vez de desde qué quiero que haga.
En otro nivel, en la sociedad, también encontramos falta de empatía. Demasiadas veces los gobiernos se centran en qué creen que necesita una determinada población, en vez de preguntarles directamente que necesitan o ponerse en su piel. Quizá por eso hay muchas medidas que pueden tener buena intención pero luego no funcionan cuando se ponen en marcha. Sin querer entrar en temas de política, aquí tienes un vídeo (es una charla TED) muuuy interesante sobre temas de política global que explica muy bien que es la empatía.
Y tú, practicas la empatía en tus relaciones personales? Te gusta comunicarte con el corazón? Si lo has puesto en practica, cuéntame qué te ha aportado y cuáles han sido las dificultades, si las ha habido!